miércoles, 23 de marzo de 2011

LAS IMÁGENES COMO HERRAMIENTA EN AL ENRIQUECIMIENTO DE LA ORALIDAD DE LOS NIÑOS

¿Sabias que una imagen o una secuencia de ellas puede ser una ayuda extraordinaria en el desarrollo del discurso oral de tus niños?
Basta con hacer las preguntas adecuadas en  un ambiente acogedor para que los niños  expresen espontáneamente sus ideas y enriquezcan su oralidad. Puede ser  una actividad individual o colectiva.
Con una sencilla actividad es posible fortalecer el proceso del discurso oral en los niños, permitir además que operen en un nivel cognitivo más alto a partir de la lectura de imágenes visuales y la concertación y disenso de sus sentires y opiniones frente a ellas.
Las preguntas nos conducen a la información. Son esenciales en cuanto se convierten en hilos conductores de un aprendizaje.  Cada una debe ir en búsqueda de algo.


He aquí algunos tips para hacer  preguntas:
Marco Raúl mejía, (2004: 30) propone algunos tipos de preguntas que según como estén configuradas, orientan indicios y niveles de respuesta:

  •   Las que implican relación a la vida cotidiana. Aquellas que requieren evidencia o explicación: ¿cómo se da en…? ¿cómo se manifiestan desde…? ¿de qué manera afecta?
  • Las que constituyen relaciones causa –efecto. ¿por qué? ¿cuál es la causa de…? ¿cómo explicas que…?
  • Las que piden descripciones. Buscan tener la visión global a manera de fotografía del hecho. ¿cómo? explica la manera. ¿qué pasó?
  •  Las que piden enunciados. Buscan construir las categorías que dan cuenta del fenómeno. Explica, da cuenta de… ¿cuáles son los componentes? De acuerdo con la teoría X O Y… Ubica las diferencias entre…
  • Las que implican futuro. Buscan realizar proyecciones o promover acciones como consecuencia del trabajo que se lleva a cabo. Si usas esto para… ¿qué pasaría si…? ¿en otro escenario cómo…? ¿de qué manera se puede resolver…?  Las que solicitan experimentación. Si usas… Colocando X o Y en condiciones…Si miras en… Usa X O y instrumento para verificar…
    Existen muchos más tipos de pregunta de los que se podría hablar .Sin embargo, el autor menciona una regla  de oro que se debe recordar al momento de realizar las preguntas. Esta es la necesidad de que éstas sean claras y en su construcción y enunciación estén dadas en los términos que determina el campo en el cual se trabaja y de acuerdo a lo que se está buscando.

    Ahora te propongo una actividad a partir de esta imagen:



    Mediante el diálogo irás conduciendo a los niños en la observación de la imagen desde un plano literal a uno más profundo siguiendo los tres momentos que encuentras a continuación. Es necesario procurar enlazar uno con otro de forma sutil, a través de las preguntas,  evitando rupturas en el diálogo.

    Éstos son:

    Detallemos la imagen: Pedir a los niños que observen la imagen y realizar preguntas acerca del plano más literal de ésta.

    Abramos bien los ojos: A partir de este momento efectuar preguntas que conduzcan al niño a un plano más profundo en la imagen.
       
    Pensemos en voz alta: Motivar de diversas formas,  la creación de textos orales.

    En esta oportunidad puedes proponer a los niños ser redactores de noticias, induciendo al grupo por medio de preguntas a la observación de cada fotografía.
    En el momento de “pensar en voz alta”, invitarlos a crear una noticia a partir de ella, en donde cuenten, en donde sucedió, cuándo, por qué y qué ha sucedido después.
                                                                         
    Los Resultados que puedes esperar:

    •  Los niños piensen en situaciones diferentes a las que expresen sus compañeros y las argumenten.
    • Se enriquezcan las posibilidades de interacción oral que apoyen los procesos de construcción de la voz en el aula. 
    • Se establezca la lectura de imágenes como recurso didáctico que fortalezca la producción de textos orales.
    • Brindar a los niños herramientas para entender y discutir todo tipo de imágenes visuales. 





    DESARROLLO DEL DISCURSO ORAL EN LOS NIÑOS Y NIÑAS

    La oralidad es una  habilidad natural exclusiva del ser humano que le permite comunicar desde su interior a través del uso de la voz, su individualidad, sentir y pensar para alcanzar y afectar a otros.
    Bruner (1995) es uno de los primeros investigadores del desarrollo humano que, influenciado por los estudios realizados por Vigotsky, propone que la lengua oral se arpende mediante  la socialización del individuo con el entorno en situaciones concretas.
    En 1986, a través de sus estudios sobre la intencionalidad del lenguaje en los niños, mostró que a pocas horas de nacidos los bebés descubren la intencionalidad de las expresiones verbales. Durante esas primeras horas, dice, “los bebés miran la boca de la madre que emite sonidos, esa asociación entre movimientos y sonidos se vuelve objeto de su interés. Presta mucha atención a esas relaciones, entre la fonética de la lengua y el aparato fonatorio. Horas más tarde, los bebés ya no sólo observan la boca de la madre al emitir sonidos, observan los ojos de la madre, nota que su mirada se dirige a algo, a aquello que nombra. El bebé descubre que en algunos momentos las palabras se refieren a él, pues es mirado, y en otros se refiere a otros: otra persona, un objeto, aparece la función referencial del lenguaje.”

    Monfort y Juárez en El Niño que Habla (1995: 25), comentan que la adquisición del lenguaje  se da a partir de la relación del individuo con su entorno, interactuando con los otros, en especial con su madre y adultos que le rodean, quienes le enseñan a hablar sin seguir un método prediseñado conscientemente para hablar con él.
    Existen opiniones de otros autores quienes consideran que es posible la adquisición de la lengua oral como  habilidad innata del ser humano.

    Los aprendizajes del ser humano se producen en un medio físico y social que emite todo tipo de información. El aprendizaje de la lengua oral es, sin duda, entre todos, el de mayor importancia, que nadie enseña específicamente y, sin embargo, se aprende aunque sin demasiada conciencia de las reglas que la hacen funcionar. De ahí surge el dilema tantas veces tratado de saber si se aprende por pura imitación o se adquiere como resultado de una capacidad innata de los humanos. Romea Castro (1991: 40)
    De igual manera, la doctora Natalia Calderón (2004:7), especialista en el desarrollo del lenguaje oral, afirma que el lenguaje se aprende a través de un proceso inconsciente, en el cual se va construyendo naturalmente su funcionalidad a medida que el individuo interactúa con los sujetos y objetos de su entorno.

    Así mismo, Rebeca Barriga (2002:17) habla del desarrollo del lenguaje infantil como “un fascinante proceso hecho de la construcción de un complejo sistema de signos, símbolos y acciones, en el que el actor principal es el niño, dentro de un escenario no menos complejo: el mundo social que lo rodea”.
    Dicho proceso da inicio con los primeros balbuceos del bebé y continúa a lo largo de la vida. Es así como durante estos primeros años el niño atraviesa por varias etapas que se diferencian por sus características, pero que poseen una en común: la necesidad de interactuar con su entorno. La calidad de dicha interacción es la base de la construcción que el niño está elaborando para comunicarse.

    Es más importante saber escuchar y contestar  adecuadamente al niño que realizar muchos intentos de enseñarle contenidos .Monfort y Juárez (2004:30).

     
    Según Barriga, (2002:31)  cada una de estas etapas hace parte de un movimiento fluctuante en el que las nuevas adquisiciones se integran con las anteriores, en el contacto con el mundo social, el niño va enriqueciendo su vocabulario, y además, va complejizando las estructuras. Poco a poco, aprende a construir significados, dándoles varios sentidos hasta llegar a comprender lo metafórico, abstracto e irónico. Paulatinamente logrará ir más allá de su experiencia individual para participar en su entorno con los símbolos establecidos socialmente. Además, será capaz de utilizar y acomodar su lenguaje en diversas situaciones comunicativas.
    De lo anterior se puede concluir que el desarrollo de la oralidad de los niños se da de manera natural, gracias a la interacción de éste con el mundo que lo rodea, el cual a su vez juega un papel tan importante dentro de este proceso que de él depende la  riqueza que tenga el niño en su oralidad.

     Para hablar, más que aprender deliberadamente, hay que madurar en las circunstancias apropiadas: del mismo modo que madura el bebé y aprende a distinguir figuras, ruidos y sonidos, va desarrollando su capacidad lingüística con los datos de la lengua que se usa en su entorno. (Garrido Medina, 1994: 49).